Halloween vs Difuntos

Mañana es el día de Todos los Santos y, por tanto, hoy se celebra Halloween, la noche más mística en que las brujas, fantasmas, vampiros, diablos o zombies pasean libremente por las calles. Cada año se organizan más actos relacionados con Halloween, la celebración importada de los países anglosajones y que los comercios la utilizan como reclamo para atraer a más clientes.

Y pasado mañana es el Día de Difuntos. En España siguen poblándose los cementerios de gentes que colocan flores en las tumbas de sus familiares, pero la mayoría son de mediana y avanzada edad. A los más jóvenes se les ha contagiado la fiebre americana por el Halloween.

Lejos quedan las “camillas” donde la familia se reunía alrededor de la mesa, poniendo las piernas bajo las faldillas para mantenerlas calientes y producir “cabrillas” junto con castañas asadas para acompañar las representaciones nocturnas en radio, y de la televisión en blanco y negro, de “Don Juan Tenorio”, de José Zorrilla, recreando los escenarios de cementerios donde las estatuas cobraban vida y las sombras hablaban. En todas estas celebraciones subyace una idealización del cielo y del infierno, de la vida y de la muerte.

Desde pequeños empezamos a conocer -y a temer- a la Muerte como parte del ciclo de la vida. La desaparición de los abuelos primero y la de muchos seres queridos y amigos a lo largo de la vida, nos convierten en testigos de la interminable historia de la vida y su última consecuencia. Hasta que llega nuestra propia hora final.  

Pero como decía Antonio Machado: “La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos”.

Parece apropiado que os recomendemos la lectura de este artículo: “Alterio en la noche de Halloween”, donde Alterio tiene un encuentro con una bella dama que finalmente resulta ser la temida muerte.

Noni Montes

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