Pucherazo de un alcalde carolinense en 1.873

26.10.2010 12:50

PUCHERAZO DE UN ALCALDE CAROLINENSE EN 1.873

La proclamación como diputado por el distrito de La Carolina de su alcalde, don Juan Bautista Delgado Leyva, republicano federal perteneciente a la mayoría en el Congreso, y la posterior anulación de la misma por las Cortes tras la denuncia de don Juan Domingo Pinedo, de la minoría intransigente en la Oposición, ejemplifica el cúmulo de intrigas, anomalías e inexactitudes que dominaron no solo las elecciones de 1.873, sino otros procesos electorales realizados en anteriores o posteriores ocasiones. Tanto en los argumentos de los contendientes, como en la documentación y dictamen de la Comisión que investiga los hechos, y en la decisión del Congreso aparecen no solo los datos que avalan las habituales inexactitudes en la cuantificación del censo, cedulas o electores, sino que se manifiesta una especie de “cultura política” que explica el débil pulso de las instituciones políticas españolas.

(Este artículo está extraído de otro anterior realizado por Jesús Cobo de Guzmán y Lechuga, así como del Diario de Sesiones de las Cortes de la época. Fue publicado en EL COFRE, número 24 de Agosto de 1.993)

El 1 de Junio de 1.873 se celebró la apertura de las Cortes Constituyentes de la I República Española (proclamada el 11 de Febrero) que se suspendieron el 20 de Septiembre del mismo año y fueron disueltas el 8 de Enero de 1.874. Un corto viaje  para los diputados que salieron elegidos y que, sin embargo, costó no pocas intrigas, marrullerías y pucherazos como el que vamos a relatar.

Por aquel entonces, la Ley Electoral contemplaba la elección de un diputado por el distrito electoral de La Carolina que comprendía los siguientes pueblos: Aldeaquemada, Arquillos, Bailén, Baños de la Encina, Carboneros, La Carolina, Castellar de Santisteban, Chiclana de Segura, Guarromán, Navas de San Juan, Santa Elena y Vilches.

Era Alcalde de La Carolina, Juan Bautista Delgado Leyva, que se presentó y fue proclamado en principio diputado; posteriormente fue anulado su nombramiento y, en su lugar, fue proclamado Juan Domingo Pinedo.

PUCHERAZO 1

Según los datos de población de 1.870 y los cupos del reemplazo del ejército de 1.873, el número de habitantes del distrito carolinense era de 30.871 y el censo de electores (mayores de 20 años y menores de 100) era de 9.502. Estos datos no concuerdan, sin embargo, con los que aparecen en el censo de 1.860 en el que aparecen 34.623 habitantes (3.752 habitantes más), aunque este dato se presta a la duda puesto que no cuadra el número de varones (18.475) y el de hembras (16.140) con el total.

Los resultados electorales y el recuento de votos arrojaron los siguientes datos:

Juan Bautista Delgado Leyva, 5.636 votos

Juan Domingo Pinedo, 5.270 votos.

La suma de los votos arroja un total de 10.906 votantes por lo que ya, en principio, se aprecia una diferencia de 1.404 votos con respecto al censo electoral del distrito.

Quedó proclamado diputado por La Carolina, el Alcalde Sr. Delgado Leyva, pero el Sr. Pinedo, lógicamente, denunció esa y otras irregularidades, entre ellas, la certificación del Gobierno de la provincia de Jaén que acreditaba no haber dato alguno sobre la obligada renuncia del Sr. Delgado Leyva como Alcalde de La Carolina en los plazos marcados por la Ley Electoral.

También, para mayor abundamiento, se aportaron oficios y cartas de pago con el visto bueno del Sr. Delgado Leyva como Alcalde de La Carolina con fechas 7 de Abril y de 17 de Mayo.

Por otra parte, no se justificó en modo alguno el aumento de 3.000 votos que sufrió el censo de La Carolina desde Enero último.

Se expidieron 1.876 cédulas de sufragio para los 1.306 votos reales aunque se justificaron 1.750. Deducidas, no obstante haber votado los 1.750 electores de los 3.989 votos que se le adjudicaron en La Carolina al Sr. Delgado Leyva, éste se quedaría con 2.239 votos.

Pese a adjudicársele los 1.750 votos de La Carolina, el Sr. Delgado Leyva quedaría con una minoría de 1.873 votos sobre su adversario, el Sr. Pinedo, que aumentaría en 3.623 votos al no serle computados los 1.750.

Por todo ello, la Comisión de Actas del Congreso propuso a las Cortes, y estas aceptaron, declarar nula la proclamación del Sr. Delgado Leyva y proclamar diputado electo a Juan Domingo Pinedo que obtuvo 5.270 votos.

PUCHERAZO 2

Para hacerse una idea del contexto político en el que se desarrollaron los hechos, relataremos unas cuantas anécdotas:

El Sr. Delgado Leyva, en agosto de 1.872 aparecía como radical y en junio de 1.873 se presentaba por el Partido Republicano Federal de . Por el contrario, el Sr. Pinedo, que antes lo hacía por los monárquicos, al no concurrir estos a las elecciones, se presentó por el partido de José María Orense, que había sido presidente de las Cortes hasta el 8 de Junio de aquel año, y que era el jefe del Partido Demócrata Progresista, que en aquellas Cortes representaba la minoría. Es decir, que las Cortes le dieron la razón a un adversario político y se la denegó a uno de sus afines. Este hecho fue utilizado en su defensa ante las Cortes por el Sr. Delgado Leyva que recordó como “el esforzado distrito de La Carolina, desde el año 1.868, venía mandando a las Cortes diputados republicanos y que dicho partido había puesto especial empeño en que lo representara él, que era un hijo del pueblo y Alcalde nombrado por el cariño de sus habitantes, no un extraño al distrito como lo era el Sr. Pinedo. Aquí asoma la maldad del Sr. Delgado Leyva al recordar a la mayoría de la Cámara que él era republicano mientras el Sr. Pinedo era monárquico disfrazado de progresista y, por tanto, de la minoría.

También presentaba como argumentos de su defensa que “El Sr. Pinedo se presentaba en los pueblos como católico, apostólico y romano, que hacía una genuflexión al pasar ante una iglesia y que prometía la resolución de expedientes insolubles… al mismo tiempo que sus representantes (del Sr. Delgado) habían estado a punto de ser asesinados en Vilches, lo que estuvo a punto de ocasionar que los de Bailén quisieran tomar las armas contra los de Vilches…”

El Sr. Pinedo, por su parte, en su intervención y defensa ante las Cortes aportó algunos datos esclarecedores para sus señorías y de indudable interés para el conocimiento de los datos de La Carolina de aquella época.

La Carolina tenía unos 4.000 habitantes y unos 1.200 electores. En las últimas cinco elecciones, La Carolina dio en todas ellas un total de 2.716 votos (en la última Delgado Leyva obtiene 3.989 votos a pesar de la abstención de carlistas, monárquicos liberales y la mayoría del Partido Republicano, esencialmente la facción de Garrido, mucho más conocido y votado en La Carolina que nunca pudo serlo el Sr. Delgado Leyva).

Por otra parte, relata el Sr. Pinedo que “votaron gentes que jamás existieron en la ciudad y que eran de otros pueblos; que figuraban 2.600 nombres supuestos y mitológicos; más de 380 mujeres (recordemos que las mujeres no tenían derecho al voto); 28 o 30 habían fallecido hacía diez años e igual número de niños y niñas menores de 15 años: tres niñas del señor Cañizares y las del señor Hernández Bist, de 8 y 9 años, respectivamente, y los niños Francisco Puisibert García, Ángel Fernández Mateo y José Padilla Martín, de 11, 9 y 6 años respectivamente; que allí han votado vecinos de Buenos Aires, Montevideo y otros puntos que, hace 20 años, murieron o se fueron de La Carolina…”

Finalmente, recogemos algunos sabrosos párrafos de la Comisión de Actas del Congreso que, entre otros, dice: “… hay que convenir que en un pueblo de 4.000 almas es imposible que hayan 4.000 electores… Ni realizando el milagro de la multiplicación de los panes y los peces se pueden sacar de un lugar, donde hay como mucho 1.750 electores, la cantidad de votos sacada por S.S. No han podido votar, aunque tuvieran derecho a ello todos los ejércitos de Jerjes que casualmente se encontraran por aquellos días en La Carolina… El Alcalde tendrá después de decir al juez de La Carolina, cómo es que varios electores: Juan de Dios García, Oller, Valencia, Merlos y otros, están en Buenos Aires, Madrid, Archena, etc., pueden haberle votado; los muertos y los ausentes en comisiones de su S.S. como Madrid, Toledano, Alcalá y otros, vienen a firmar actas que no han intervenido y que hoy niegan. Además, hay actas firmadas por un solo secretario por poder hacerlo los demás por no saber hacerlo y que, ni tan siquiera, tienen su domicilio en el pueblo…”.

Por todo ello, se entiende que aquellas Cortes fueran llamadas “el tren de tercera”, por la clase social e intelectual de la mayoría de sus componentes, aunque en justicia hubo de todo, incluso grandes políticos como Collantes, Canalejas, Romero Robledo, Silvela, etc.

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